miércoles, 23 de noviembre de 2011

Odios presidenciales

En los años que vienen desde 2001, y casi podríamos decir que durante todo el tiempo de mandato del señor Hugo Chávez, el país ha estado ansioso por escuchar palabras al menos respetuosas, si no cordiales, entre el gobierno y los diversos sectores que constituyen el pensamiento crítico del país. No se trata de hacer reír a nadie, ni de alivianar discusiones sobre asuntos muy serios del acontecer nacional. Pero como lo dijo Luis Herrera a Piñerúa en la campaña presidencial de 1978, tener carácter es muy distinto a tener mal carácter. Hoy, a 33 años de distancia, el responsable directo del incomprensible esquema que hace de Venezuela el único país en el cual no conversan el gobierno y los líderes de la oposición, es sin duda el señor Chávez. Basta escuchar cualquiera de sus discursos para entender la razón: el Presidente está empeñado en mantener la división de los venezolanos. De un lado, con él, los patriotas, y frente a él, los traidores imperialistas vendepatrias. No es difícil saber donde se autoubica esta suerte de prócer que tiene albergue en La Habana y cede a su vez espacios en Miraflores y Fuerte Tiuna para que así se gobierne “una sola patria”.
opinan los foristas
Chávez es grosero y ofensivo con sus adversarios. No tiene el mas mínimo recato en adjudicarles todos los calificativos que recuerde en inacabables y repetitivas cadenas de micrófonos y cámaras de TV. Abusa de los recursos del Estado, viola todas las normas legales que su propio gobierno estableció, ordena sanciones monstruosas en lo administrativo, insulta a todo aquel que no medre a su lado y ha llegado al extremo de colocar Oficiales y sub-oficiales de las Fuerzas Armadas en papeles que jamás habían jugado: el de babosos buscapuestos en la escala militar o el de ingenuos uniformados con las manos metidas en la jugosa variedad de presupuestos sin control nunca ante vistos en el país.
Pero por encima de los muchos males que ha provocado y está provocando Chávez a la patria, hay uno que dejará huella por unos cuantos años: el odio entre venezolanos. Siembra casi original del comandante-presidente — seguida con entusiasmo por unos cuantos esbirros — los niveles de odio que hoy estamos viviendo se pasean por instituciones, familias, iglesias, sectores populares, áreas deportivas. A todos se les sigue aplicando el primer precepto chavista: el que no està conmigo está contra mí.
(¿recuerda el lector lo que fueron las famosos “listas” Tascón, PDVSA, el SI y el NO, las expropiaciones, etc?)
Y si algo faltaba por llegar…llegó. Un presidente harto de poder y de recursos materiales resolvió romper todos los moldes de respeto y consideración hacia millones de venezolanos y dispuso alegremente plantear las cosas con la mentira por delante. Nada menos que acusar a la oposición de sembrar odio (¿?) contra los militares, desde el mundo civil…vale decir, voltear la denuncia formal que ya habían hecho los partidos contra la irresponsable afirmación del presidente.
Pero luego, para “perfeccionar” la evidente operación de ablandamiento, se ordenó entregar autos y apartamentos a los militares…sin cuota inicial. ¿Quién va a pagar esa diferencia?
¿Cuántos millardos costará al país semejante despropósito? ¿Hay acaso en las FAN alguna tabla de valores para esta nueva forma de manejo de conciencias?

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